miércoles, 19 de noviembre de 2008

Mis recortes de diarios

"Tiene muy baja cobertura”

Por Roberto Navarro

Hace 27 años la dictadura militar chilena privatizó el sistema previsional del país vecino. Luego de casi tres décadas de funcionamiento se lo considera un sistema maduro. Por eso mismo se pueden sacar conclusiones sobre su performance que permiten vislumbrar lo que sería el futuro de los jubilados en Argentina de persistir el régimen de AFJP. Marcel Claude, uno de los más destacados economistas chilenos, en diálogo con Cash aseguró que “las AFP chilenas fracasaron”.

 El sistema de AFP ya está maduro. ¿Cuál es el balance?

 –La situación en Chile no es muy distinta de la que se observa en Argentina. Es un rotundo fracaso desde el punto de vista de su objetivo: construir un sistema de pensiones y resolver el tema de las jubilaciones de las personas. El sistema en Chile tiene varios problemas. En primer lugar, se decía que el régimen de pensiones privadas iba a disminuir las necesidades del Estado de recurrir a fondos tributarios, eso no sucedió: hoy Chile destina a jubilaciones un 6 por ciento del PBI, que representa un tercio del gasto público total. Es una mochila gigantesca teniendo presente que en la actualidad el Estado se hace cargo de más o menos 1,5 millón de personas. El sistema de AFP tiene siete millones de afiliados y hay 3,5 millones que no tienen absolutamente ninguna posibilidad de que las AFP se hagan cargo de ellos.

 ¿Por qué?

 –Porque no tienen los 20 años de aportes que exige la ley. Otro de los problemas es que es un sistema con muy baja cobertura. Existen solamente un 10 por ciento de cotizantes en las AFP que lo hacen todos los meses en el año. En promedio, la densidad del sistema es cinco meses al año. Entonces, el 50 por ciento de los trabajadores (5,5 millones personas) no tienen ninguna posibilidad de jubilarse por las AFP porque no les alcanza siquiera para el mínimo.

 ¿Qué ocurre con esas personas?

 –Ya hay 1,5 millón de afiliados a las AFP que fueron socorridos por el Estado. El tema es qué va a pasar cuando sean 3,5 millones. En ese momento vendrá el desastre. Actualmente, a 27 años de operar el sistema, las AFP en Chile se hacen cargo del 5 por ciento de los adultos mayores de 65 años.

 ¿Por qué tan pocos?

 –Hay muchos que todavía no se jubilan. Pero aquellos que lo han hecho tienen una pensión muy baja, y en consecuencia el Estado es quien debe hacerse cargo de completar la diferencia. Entonces, el Estado, con su antiguo sistema de reparto, se hace cargo del 80 por ciento de los mayores de 65 años y del 90 por ciento de los mayores de 70 años. El Estado hoy atiende a 1,5 millón de personas y el sistema privado, a 550.000. Entonces, básicamente este sistema opera para un sector muy minoritario y el gran esfuerzo viene por el lado del Estado. Por lo tanto, el sistema de reparto en Chile no ha terminado, mientras las AFP registran de manera estable una utilidad del 30 por ciento sobre aportes y de un 50 por ciento sobre patrimonio neto.

 ¿Piensa que el sistema argentino tendría un futuro similar si no se estatizara?

 –Sí, porque el sistema no está hecho para resolver el tema previsional, sino que es un nicho de negocios financieros, como en Chile. ¿Cómo lo va a resolver si es un sistema cuyos costos de operación son cuatro veces superiores al sistema público? Es absurdo. Si hay algo que debería cumplir este tipo de inventos, por los grandes paradigmas del liberalismo, es dar libertad: pero no hay libertad. Hay 6 AFP, de las cuales 3 administran el 80 por ciento de los fondos. Es un oligopolio. No hay ninguna competencia. Se debería esperar que los costos, a medida que se va introduciendo más gente, tiendan a disminuir, y no han disminuido: se mantienen sistemáticamente en el 30 por ciento.

 Chile mantiene un crecimiento constante desde hace muchos años. En cuanto a la rentabilidad, ¿las AFP son eficientes administrando?

 –Esa es una de las grandes falencias del sistema. La rentabilidad real, la que debería interesar, es la tasa interna de retorno, esa rentabilidad implícita en el largo plazo, incluyendo cuando aumentan los fondos como cuando disminuyen. Esa rentabilidad históricamente está en torno del 5,9 por ciento. Y si se toma el período 1995/2000, esa tasa interna de retorno, que ha sido calculada en Chile por un centro de investigación muy prestigioso, fue estimada en torno del 2,9 por ciento. Y en Chile hay unas cuentas de ahorro muy antiguas, que son las cuentas de ahorro del Banco del Estado, que yo me acuerdo que de niño mi papá me abrió una de ellas, que pagan la tasa más baja del mercado, y tienen una tasa de 4 por ciento anual.

 Los fondos disponibles por las AFP son bajos.

 –Claro, porque no es un 5 por ciento sobre 100, sino sobre 70, porque primero sacan sus comisiones Y después, ante la primera crisis financiera, dicen: “Su fondo bajó en 20 por ciento”. Entonces, al final, obviamente, el sistema no puede funcionar, porque está orientado de manera prioritaria a producir un proceso de acumulación y concentración de capital. La pensión que pagan no supera los 150 dólares promedio. Y el sistema público, de reparto, que atiende al 80 por ciento de mayores de 65 años, está pagando en promedio 250 dólares. Los miembros de las Fuerzas Armadas, que no entraron en el sistema, que cuando tenían todo el poder con Pinochet crearon su propio sistema, están teniendo pensiones de 700 dólares.

 ¿Se debate en Chile el régimen de AFP?

 –Por suerte la reforma en Argentina abrió el debate.

 CLAVES

Jubilaciones

Las AFP nacierohace 27 años bajo la dictadura de Augusto Pinochet.

 La crisis financiera internacional expone el fracaso del modelo chileno de jubilaciones privadas.

 Desde el comienzo de ese régimen, los accionistas de AFP acumularoganancias por 15.000 millones de dólares.

 La jubilaciópromedio para sus beneficiarios es apenas el equivalente a100 dólares, mientras que el 50 por ciento de los aportantes a las AFP no tiene acceso a una pensiómínima.

 Para complementar las jubilaciones de aquellos trabajadores afiliados a las AFP, el Estado chileno aporta el equivalente al 6 por ciento del PBI.

 Las AFP reuníafondos por 69.000 millones de dólares: durante el período que va desde el 25 de julio de 2007 al 26 de octubre de 2008, perdiero25.000 millones de dólares por la caída de los activos financieros.

 Cash entrevistó a dos especialistas chilenos, Marcel Claude y Carlos Ominami, que explicael fracaso de las AFP, el espejo de las AFJP.

La recesión se puede evitar

 Por Mark Weisbrot *

¿Puede Sudamérica escapar a la ira de las tormentas económica y financiera que tienen su epicentro en Estados Unidos? Desde que el colapso financiero comenzó a mediados de septiembre, los mercados de bonos de la mayor parte de la región (Brasil, Argentina, Colombia, Venezuela) han sido golpeados, así como la mayoría de Bolsas de Valores y varias monedas. La precipitada caída en los precios de las materias primas (commodities) en los últimos meses también ha reducido los ingresos por exportaciones y fiscales en varios países (Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela, Perú, Chile), en donde anteriormente, los altos precios para los cultivos agrícolas, minerales e hidrocarburos contribuyeron a que se diera una racha de crecimiento económico durante los últimos años.

 Sin embargo, existen buenas razones para creer que Sudamérica, en particular, puede sobrevivir a esta tormenta con el menor daño si implementa las políticas macroeconómicas adecuadas. En primer lugar, los países de la región no tienen vínculos tan fuertes con la economía estadounidense, la cual se encuentra en el medio de una profunda recesión. Las exportaciones de Brasil y Argentina a Estados Unidos, por ejemplo, representan menos del uno por ciento de las economías de esos países. En segundo lugar, las instituciones financieras de esos países, por varias razones, no adquirieron los títulos tóxicos con garantía hipotecaria y otros “activos problemáticos” que han causado el colapso de bancos en Estados Unidos, e incluso en Europa, ni tampoco tomaron parte en el tipo de sobreendeudamiento y otras prácticas riesgosas que han derrumbado el sistema financiero estadounidense.

 Así que no hay razones para anticipar que Sudamérica enfrente el tipo de problemas económicos que en la actualidad acosan a Estados Unidos. Sin embargo, Sudamérica aún está vinculada con la economía mundial a través del comercio y de la inversión y se verá afectada por la desaceleración económica mundial. Es por eso que tendrá que seguir políticas monetarias expansionistas y, específicamente, fiscales –al igual que lo están haciendo los países ricos– para así mantener un crecimiento económico saludable.

 China hizo lo mismo durante la crisis económica asiática hace diez años y mantuvo un sólido crecimiento mientras que sus vecinos –Indonesia, Corea del Sur, Tailandia y otros países– sufrieron serias pérdidas en la producción y el empleo y presenciaron cómo decenas de millones de personas se sumían en la pobreza. China está ahora respondiendo de manera similar a la crisis actual, decidiendo esta semana aumentar el gasto en infraestructura, transporte y programas de bienestar social durante los próximos dos años en 587 mil millones de dólares.

 Los países en desarrollo enfrentan una restricción que Estados Unidos o Europa no tienen cuando optan por estimular sus economías: sus monedas no son “monedas fuertes” aceptadas por el resto del mundo y por eso deben contar con suficientes divisas para evitar una crisis en la balanza de pagos. Afortunadamente, hoy en día Sudamérica se encuentra bien situada: la mayor parte de la región cuenta con grandes cantidades en reservas. Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, tiene más reservas, en relación con su economía, que China. Pero la región aún está sujeta a temores irracionales que pueden desestabilizar sus sistemas financieros. Por ejemplo, ninguno de estos países va a entrar en la moratoria de su deuda y, sin embargo, la mayoría de los precios de sus bonos sufrieron un colapso y los rendimientos se dispararon cuando se inició la crisis financiera. Por esta razón, Sudamérica podría utilizar un fondo de estabilización al cual podrían acudir los países para garantizar la estabilidad financiera. Sería muy poco probable que un fondo como éste de hecho sea utilizado –su existencia negaría la necesidad de acudir a él–. Washington y sus socios como el Reino Unido están tratando de reunir fondos de países con grandes cantidades de reservas, como los Estados petroleros del Golfo. Pero quieren que cualquier acuerdo de estabilización pase por el FMI. Esto es muy riesgoso para Sudamérica, y es innecesario.

 Sudamérica debe acudir directamente a países que tienen grandes cantidades de reservas internacionales en exceso, como China ($1,9 billón), Rusia ($556 mil millones), Abu Dhabi (con una cantidad estimada en $875 mil millones) y otros para un fondo de estabilización que esté fuera del FMI. Los detalles son menos importantes que la urgencia por conformarlo prontamente. Por supuesto, Washington va (y ya lo está haciendo) a utilizar su poder político para lograr que los países con reservas en exceso utilicen al FMI como intermediario. Por otro lado, los gobiernos sudamericanos también deberían abogar ante el Departamento del Tesoro de EE.UU. para que prohíba la vinculación de onerosas condiciones a cualquier tipo de préstamo que salga del FMI. Los créditos que imponen condiciones contractivas en un período de desaceleración económica son algo imperdonable. Y ante una posible recesión global, la inflación no es un problema serio en estos momentos. Sudamérica puede mantener su crecimiento económico durante esta recesión mundial, así como lo hará China. Al igual que para los países ricos, las políticas macroeconómicas expansionistas serán clave. Pero un poco de ayuda externa para un fondo de apoyo a la balanza de pagos podría jugar un papel importante en asegurar que esto suceda.

 * Codirector del Center for Economic and Policy Research, en Washington

 (sumplento cash de página 12)

  

Los diputados vetaron a la presidenta Cristina

 La Comisión de Recursos Naturales rechazó el veto a la ley de protección de glaciares. Si se vuelve a aprobar, CFK no podrá hacer nada.

 El polémico veto de Cristina Fernández de Kirchner a la ley de protección de los glaciares fue rechazado este martes por la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, cuyos integrantes intentarán que el tema sea respaldado en el recinto.

 En la reunión, los bloques opositores decidieron presentar mañana en la Comisión de Labor Parlamentaria un pedido para que el proyecto sea debatido en la sesión, donde para ratificar la ley es necesario el apoyo de los dos tercios de los votos.

 El presidente de la Comisión, Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires), consideró que el rechazo presidencial a la norma fue "contradictorio y débil", e impone "el derecho de propiedad" de las empresas mineras por sobre "el derecho ambiental".

 En declaraciones a Criticadigital, Bonasso había advertido que insistiría en "la aprobación de la ley tal como está": "El único argumento que tienen los legisladores oficialistas para no aprobar la ley es la obediencia debida", disparó.

 La decisión de la Presidenta había despertado reacciones negativas desde todos los sectores, pero también sospechas de que con esta medida se beneficiaba a las empresas mineras multinacionales que operan en la Cordillera de los Andes, principalmente en la provincia de San Juan.

 El líder de la ONG Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM), Raúl Montenegro, en diálogo con Críticadigital, atacó duramente el rechazo presidencial. “Cristina se va a tener que hacer cargo de su corresponsabilidad en la destrucción de los glaciares nacionales. Es un cóctel fatal entre la incompetencia de la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, y los ‘consejos’ de la Secretaría de Minería”.

 Luego Montenegro fue más allá y habló de un claro mensaje hacia las mineras. “Con este veto, tienen vía libre para seguir explotando a mansalva el suelo argentino”.

 LOS CAMINOS DE LA LEY. Una vez que llegue a Diputados se necesitará de los dos tercios de los votos positivos tanto de la Cámara Baja como luego en el Senado para transformarse la ley. De lograrse, Cristina estará obligada a promulgarla.

 La ley había sido aprobada por unanimidad en la Cámara Alta con 47 legisladores presentes y en concreto prponía la creación de un Inventario Nacional de Glaciares, como lo posee Chile.

 En su artículo 6 prohibía que en los glaciares y su entorno se realicen actividades que puedan afectar su condición natural o que impliquen su destrucción o traslado o interfieran en su avance.

 Pero Fernández de Kirchner argumentó en el decreto 1837/08 que los gobernadores de provincias andinas temían que la ley de glaciares amenazara el desarrollo de sus regiones. El texto del veto agregó que “era excesivo” prohibir la actividad de minería o perforación petrolera en los glaciares y en las llamadas áreas peri glaciares que bordean los glaciares.

 LA SOMBRA DE BARRICK GOLD. La ley aprobada el mes pasado por el Congreso amenazaba los planes de la mayor firma minera mundial de oro, Barrick Gold Corp, para construir una mina de u$s 2.400 millones en los nevados picos de los Andes entre Argentina y Chile.

 El proyecto sanjuanino Pascua Lama, de Barrick, enfrentó un torrente de protestas de activistas verdes en Chile, pero finalmente recibió la aprobación del gobierno de ese país después de que la compañía prometió no tocar los glaciares andinos que bordean el remoto sitio. Poco después, obtuvo la aprobación de las autoridades argentinas.

 No obstante, la firma no ha podido comenzar con los trabajos en la mina debido a una disputa entre Argentina y Chile sobre cómo compartir los ingresos fiscales del proyecto transfronterizo, y por la estructura impositiva que debe afrontar Barrick en la Argentina, superior a la que paga en Chile

martes, 18 de noviembre de 2008

“El mercado libre saquea sin saciarse”

El especialista en economía social plantea que es necesario modificar las formas de hacer política, asumirla “como acción transformadora”, para sostener medidas estatales progresivas, “un uso legítimo de los recursos” y prácticas económicas socialmente más eficientes.

Por Javier Lorca

La incipiente recuperación de la injerencia político-económica del Estado, en el país y en el mundo, tiene una oportunidad ante la crisis financiera internacional: “Ahora está probado que el mercado libre global destruye sociedades y saquea sin saciarse”, dice el economista José Luis Coraggio. Sin embargo, para el director de la maestría en Economía Social de la Universidad de General Sarmiento, esa oportunidad está condicionada en la Argentina: “Si el modo de hacer política no cambia, las buenas medidas de hoy no serán irreversibles, ni garantizan un uso legítimo de los recursos”. ¿La alternativa? “Asumir la política como acción transformadora, buscando una dirección para la sociedad, articulando un proyecto social, nacional, y construyendo acuerdos o coaliciones que sostengan con legitimidad políticas de Estado progresivas.”

–¿Cómo analiza la relativa reactivación del Estado que parece darse en el país –por ejemplo, con la nacionalización de las AFJP o las fallidas retenciones a las exportaciones– y también en el mundo, con las intervenciones estatales ante la crisis financiera?

–Las economías modernas no prescinden del Estado. Son economías mixtas, que combinan un sector de empresas de capital, un sector muy amplio y heterogéneo de economía popular y la economía pública, que redistribuye, regula y debe planificar y controlar los efectos indeseados del mercado. Incluso el proyecto neoliberal –el de Bush, el FMI, el Banco Mundial y Menem– instrumentó ilegítimamente al Estado para construir una economía de mercado con menos Estado social y pretendidamente eficiente. La crisis del sistema financiero global, y por tanto del capitalismo, y el caos social que puede generar, convocan nuevamente al Estado como redistribuidor y regulador, si es que no como actor económico directo que asume funciones que había abandonado, como es aquí en el caso de Aerolíneas y las AFJP. Un Estado que, aun dentro de la lógica capitalista, en ocasiones tiene que contradecir intereses inmediatos de capitales particulares pensando en el funcionamiento de conjunto del sistema, como en el caso de las retenciones.

–¿Qué oportunidades y qué riesgos plantea esta virtual recuperación de la centralidad de las políticas públicas?

–Lo central no es la ubicación geométrica de la política sino su contenido. Porque se puede tener más protagonismo público, pero los gobernantes y los opositores pueden continuar ejerciendo la política en el vacío. Y esto no cambia si el estilo es más vanguardista-autista o dialoguista. La alternativa es asumir la política como acción transformadora, buscando una dirección para la sociedad, articulando un proyecto social nacional, y construyendo acuerdos o coaliciones que sostengan con legitimidad políticas de Estado progresivas. Si el modo de hacer política no cambia, las buenas medidas de hoy no serán irreversibles –de hecho, ¡ya hay fuerzas opositoras que incluyen en su programa revertirlas!–, ni garantizan un uso legítimo de los recursos. La oportunidad es que ahora está probado que el mercado libre global destruye sociedades y saquea recursos naturales y humanos sin saciarse. Hay ideólogos y medios de comunicación que impunemente siguen blandiendo la utopía del mercado libre, pero el gran problema es que los treinta horrorosos años neoliberales han dejado una marca profunda en el sentido común –el imposibilismo y la desafección política, como señala Alfredo Pucciarelli– y para superarlo van a hacer falta años de otra coherencia estatal y nuevas experiencias de la sociedad con sus gobiernos.

–¿Por qué, pese a las tasas de crecimiento experimentadas en los últimos años en la Argentina y otros países de la región, el núcleo de la desigualdad social permanece?

–Porque el sistema hegemónico no asume la desigualdad como su problema sino que la justifica en base al éxito diferencial en el mercado, o en nombre de una acumulación que, en realidad, puede ir a cualquier parte del globo. Porque confunde ingreso con ganancia y porque define la riqueza como un balance monetario –la “Caja” con mayúscula–, aunque esa riqueza se la lleve apenas el 10 por ciento de la sociedad. En un mundo globalizado, la reducción de la desigualdad interna no es negocio, como lo fue con el fordismo. El salvaje mercado liberado de la ética va a seguir impulsando sustitución de mano de obra por máquinas, autómatas, sistemas informatizados, polarizando el mercado laboral entre una elite de científicos, técnicos y gerentes, y una masa que oscila entre el empleo ocasional y el desempleo. Estas tendencias son estructurales y no variarán si no se actúa para cambiar no sólo el modelo coyuntural, sino la estructura de la economía. La fórmula de una macro amigable para el capital, que garantice estabilidad de la moneda y los precios, y que dé predictibilidad para atraer inversiones es más de lo mismo... llevado al extremo cuando se piensa en inversiones tan irracionales como un tren bala, en un país que con esos recursos puede recuperar y expandir sus ferrocarriles y encarar realmente la cuestión de su fragmentación regional y el uso irracional de la energía.

–¿Hay alternativas al modelo productivo dominante de extracción y exportación de recursos naturales?

–La Argentina puede especializarse en actividades de conocimiento científico intensivas y agregar valor a las materias primas que exporta. Pero la tecnología no es neutra. Mal aplicada, buscando “productividad”, produce el caso aberrante de la minería a cielo abierto o la sojización del país. Hay que impulsar otras actividades, basadas en el conocimiento y la información como medio de producción e insumo principal, y encuadradas en principios de racionalidad reproductiva antes que de ganancia privada a cualquier costo social. Para que el uso racional del conocimiento sea característica dominante de la economía se requieren otros tiempos, una sociedad capaz de defenderse y defender la biodiversidad para sus hijos, y una política educativa y científica que ni se está pensando. La diversificación e integración de la estructura productiva sigue siendo un criterio guía. Como la autarquía estratégica: tener asegurada la subsistencia de todos, sin pobres estructurales. Esto requiere producir más y mejores bienes públicos, que están en la base de las cadenas de producción y reproducción: alimentos y hábitat sanos, conocimiento y educación en todos los niveles y formas, remedios genéricos, transporte, energía, agua, seguridad social, política tecnológica, regulaciones de los principales precios de la economía... Con un mejor sistema de redistribución –entre ramas de producción, entre sectores sociales, entre regiones–, legitimado por la sociedad, la Argentina tiene recursos propios con los cuales puede mantenerse parcialmente desconectada del vendaval especulativo. Las propuestas de Aldo Ferrer o del profesor Julio Olivera al respecto han sido claras. La pequeña cuestión es cuál será el sujeto político que las lleve a cabo.

–¿Qué opciones ofrece la economía social y solidaria ante la crisis global?

–La economía social es una práctica de construcción consciente de otras formas económicas, más solidarias, eficientes socialmente, que administran y producen no solo riqueza e ingresos, sino que generan otra sociabilidad, otros valores, y resuelven necesidades de manera directa o a través de mercados en los que se reclaman precios justos. Es más, se considera riqueza a la capacidad material y subjetiva de resolver directa o indirectamente las necesidades de todos. Los valores de solidaridad suponen la mutualidad, el hacernos cargo de las necesidades y derechos de otros porque otros se hacen cargo de los nuestros. Las AFJP son la antisolidaridad. La economía social implica otro uso de los recursos, más cooperación, más democracia. Ejemplos son el presupuesto participativo, la autoconstrucción colectiva de vivienda, la producción para el autoconsumo de las comunidades y la pequeña agricultura rural y urbana, la construcción comunitaria de infraestructura en campo y ciudad, las empresas recuperadas, las cooperativas consecuentes con su ideario, la prestación de servicios donde el mercado excluye, las finanzas y las redes de comercio solidarias. Es una economía con sujetos morales, no un mecanismo ciego que justifica la irresponsabilidad por los otros. Y puede producir alta tecnología, como en el caso del software libre. Su característica es que supera la producción individual, motivada por obtener ingresos a como dé lugar, y se desarrolla un compromiso con los demás, mediante el trabajo, la asociación, la participación, el encuentro cara a cara de productores y consumidores. En la Argentina se está malgastando un concepto poderoso asociándolo a políticas de asistencia focalizada en los más pobres, que afirma que “en lugar de dar el pescado se da la caña de pescar” –pero la dieta sigue siendo pescado, y escaso–, donde “social” quiere decir “para los pobres”. En los países que la vienen promoviendo y reconociendo desde hace más de un siglo, la economía social atraviesa la sociedad –como es el caso de Québec–, puede producir múltiples productos con tecnología de punta –como el Complejo Cooperativo de Mondragón, en el País Vasco– y hasta tener sus propias escuelas y universidades. Países como Ecuador, Bolivia y Venezuela ya han tenido Constituyentes que reconocen a la economía social, a la economía popular, comunitaria como parte fundamental de la economía.

–¿Es posible construir otro modelo económico y productivo sin una transformación de las prácticas y condiciones sociales y políticas?

–Una cosa requiere la otra. No se pueden cambiar actitudes, disposiciones, la cultura misma, si no se transforma al mismo tiempo la base material de oportunidades para todos. Para encarnar otra economía están surgiendo sujetos de las múltiples experiencias que se vienen dando en nuestro país y que están invisibilizadas por los medios que responden a las grandes corporaciones económicas. Un indicador de que se está avanzando es que se multiplican los programas de formación para atender a la demanda en todo el territorio: el Ministerio de Educación y varias provincias han impulsado decenas de tecnicaturas en Economía Social. En nuestra maestría ya hemos formado más de noventa profesionales y prácticamente todos están trabajando en esa dirección. Pero el sistema educativo público en su conjunto debería tener una visión transgeneracional, y trabajar sobre el desarrollo completo de las capacidades de personas y grupos para construir otra economía. Si se quieren tener otra economía y otra sociedad en veinte años, es crítico actuar ahora sobre esos procesos de inversión social. El momento está siendo desperdiciado en tanto el sistema educativo vive en la administración de la coyuntura, el corporativismo y la gestión de conflictos que mantiene el statu quo y las malas prácticas.

martes, 11 de noviembre de 2008

Lilita: Hace rato que me tenes podrida!!

Imagen sacada del diario Perfil (increíble pero verdad) en el cual una de sus noticias principales constan en informar que Lanata terminaría su show en el teatro y el sorprendente parecido de la secretaria de Kirchner con su hija, obvio que la señora Presidenta la detesta y le desea la muerte. La verdad que este diario pseudo progresista es una reverenda mierda, salvo una que otra nota de opinión (obvio que todas las de Abraham son geniales). En el mismo podemos ingresar a través de su versión web por medio de un link en su pagina principal a un petitorio en contra de la estatización de las afjp, ¿por fin un periodismo comprometido? (ja)

Este diario en poco se distancia de su primo hermano Crítica, un poquito de investigación, un poquito de anti-k. Nunca un periodista especializado (sin intención de ofender a Bonasso y Caparros).

Conclusión, me quedo con La Capital y con Página 12, que si bien es oficialista por lo hacen con mas fundamentos.

viernes, 7 de noviembre de 2008

un poquito de música




No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada
Ni el bien que me han hecho, ni el mal
Todo eso me da lo mismo
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Está pagado, barrido, olvidado
Me da lo mismo el pasado

Con mis recuerdos
Yo prendí el fuego
Mis tristezas, mis placeres
Ya no tengo necesidad de ellos
Barridos mis amores
con sus trémolos
barridos para siempre
Vuevo a partir de cero

No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Ni el bien que me han hecho, ni el mal
Todo eso me da lo mismo
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Pues mi vida
mis alegrías
hoy
comienzan contigo...